«Estamos condenando a los estudiantes al fracaso»



Las carencias del sistema educativo español han provocado altas cifras de abandono escolar y unos resultados mediocres en informes internacionales como es el caso de PISA, de la OCDE. La actual crisis económica han evidenciado la necesidad de reformas estructurales. Según quedó evidenciado en la mesa redonda «El futuro del sistema educativo español», celebrada en la sede de LA RAZÓN, se necesitan cambios estructurales a todos los niveles.

Para Francisco López Rupérez, presidente del Consejo Escolar del Estado, el fracaso del sistema es relativo, a pesar de la evidencia de los resultados. En su opinión, «se da la paradoja de que, a pesar de la robustez de la estructura educativa, tengamos resultados insuficientes para asumir los desafíos actuales». Así, añadió, «las cifras de abandono  educativo temprano son insoportables para un país de un nivel de desarrollo como el nuestro».  


López Rupérez considera que el análisis del fracaso hay que centrarlo en cuatro pilares fundamentales. En primer lugar, argumentó que «el sistema es poco flexible, ya que se basa en un sistema de una sola vía de éxito. Hemos hecho al sistema mucho más rígido y para compensar los efectos secundarios hemos rebajado los estándares». Una de las primeras consecuencias es que «hemos llegado al facilismo pedagógico por encima de la pedagogía del esfuerzo, lo que tiene consecuencias en la eficacia del aprendizaje. Si se debilitan los niveles de exigencia a niveles tempranos, se nota en los posteriores y estamos condenándolos al fracaso».
Otro de los pilares es la escasa atención a las evidencias, por lo que recordó que «hay una recomendación de los organismos internacionales para que las políticas se puedan basar en evidencias empíricas». En nuestro caso, dijo, «hemos vivido a espaldas de estos resultados, la evaluación externa había desaparecido del horizonte hasta que apareció el informe PISA». Una referencia que no se atendió. «Si no estás atento, no puedes corregir los errores. El sistema se ha ido degradando», indicó.

«El sistema ha respondido a aquello que se esperaba de él. Al bajar el nivel de exigencia para tratar de que todos tengan los mismos conceptos, llegamos a la mediocridad, dejando de lado la excelencia», explicó.

Ante  este diagnóstico, el presidente del Consejo Escolar del Estado abogó por establecer políticas acertadas a corto, medio y largo plazo. Entre las prioridades, afirmó, está el «cambio en la estructura del sistema hacia uno más racional. En el medio plazo, hay que recuperar las evidencias para poder rendir cuentas y realizar evaluaciones censales externas». A largo plazo, «es recomendable un cambio profundo del modelo de gestión del talento del profesorado, una renovación de los sistemas de selección y formación y de los sistemas de evaluación y formación», sostuvo.

Por último, abogó por modernizar la gestión del talento: «La calidad del profesorado es el factor crítico por excelencia a la hora de explicar el éxito escolar. Nos hemos equivocado, la gestión del profesorado debía ser una de las prioridades del sistema».

Begoña Ladrón de Guevara, presidenta de Cofapa, reivindicó el papel de los padres como «los principales educadores. Realmente tenemos una gran responsabilidad y nos preocupa la calidad y la motivación del profesorado por delante de las políticas educativas. La cultura del esfuerzo es necesaria».

Para llevar a cabo esta responsabilidad, solicitó medidas de conciliación, libertad de elección de centros, mecanismos para hacer que la relación de los padres con el colegio sea más estrecha y representación en los órganos consultivos del Estado.

En cuanto a la educación universitaria, Raúl Mayoral, director general de la Fundación Universidad San Pablo CEU, defendió la salud de la institución, aunque lamentó la crisis del sistema: «La universidad debe adaptarse a los nuevos tiempos, ser más práctica y menos teórica». Otra de las vías de mejora es «la internacionalización. Hay que fomentar los convenios para la movilización de alumnos y los profesores y la cultura del emprendimiento, que junto a la investigación son los retos de futuro.

Plan Bolonia
Federico Martínez Roda, vicerrector de Profesorado de la Universidad San Pablo CEU, analizó el papel del Plan Bolonia, que propone la formación integral, como ya hacen las universidades del CEU al incorporar materias que completen la formación de los alumnos. A diferencia de la educación elemental, las universidades sí pueden hacer estos cambios».

Finalmente, el escritor y columnista de LA RAZÓN José María Marco afirmó que «los estudiantes no disponen de los recursos necesarios y llegan a la universidad con muchas carencias por una caída de los contenidos, que es muy preocupante, y que la universidad no puede darles».

Además, «la presión de los últimos años ha rebajado las expectativas de los estudiantes, lo que ha generado una mediocridad generalizada. La participación exagerada del alumnado, la democratización de determinadas cosas que no tienen por qué serlo, no tienen por qué estar politizadas y afectan a la evaluación».

Un MIR para formar docentes
El sector sanitario español tiene un reconocimiento mundial, algo que no ocurre en el caso de la Educación. Francisco López Rupérez dijo que una de las claves es invertir los pasos de selección y formación: «Primero se selecciona a los aspirantes médicos y después se los forma. Si se forma de manera indiscriminada, o guarda correspondencia con las responsabilidades reales del sistema. Si esto se trasladara al sistema educativo, al seleccionar se elevan los estándares y el nivel formativo, y atrae porque reúne a los mejores, lo que llevaría al prestigio del docente. Hay que empezar a cambiar el modelo. Si se aboga por incrementos salariales, los resultados serían momentáneos. El sistema burocrático ha dado de sí todo lo que tenía que dar. El modelo MIR es un buen espejo en el que mirarse».
http://www.larazon.es/noticia/8297-estamos-condenando-a-los-estudiantes-al-fracaso