¿Quiénes somos?

Un grupo de profesionales relacionados con el mundo educativo estamos preocupados por las necesidades  que tantos niños y adolescentes tienen en su centro escolar. Partimos de la conciencia de que educar es introducir a la persona en la realidad, y de que estamos en un momento de crisis en todos los ámbitos, ante la que queremos construir y no quedarnos de brazos cruzados.

Con la experiencia desde 2004 en el ámbito educativo de la asociación Jóvenes en Acción queremos impulsar este proyecto de ayuda y apoyo en los estudios para tantas familias que lo demandan.

El informe PISA sólo es la constatación de un problema que vemos día a día con nuestros hijos y alumnos y que no se resuelve solamente con una ley, dotando a un centro con los mejores medios tecnológicos o dando más horas de nuestras asignaturas en otro idioma. El problema va más allá y queremos enfocar este proyecto en diferentes propuestas educativas.

¿Es posible hoy construir en tiempos de crisis? ¿Encontrar adultos que introduzcan en la realidad, haciendo más plena la humanidad de cada persona? ¿Amar la libertad del otro? ¿Arriesgarse a educar? ¿Encontrar un sentido al estudio? ¿Educar la razón y la libertad?

Esta iniciativa nace con “el convencimiento de que la realidad, incluso cuando aparece negativa y difícil –como vemos hoy–, provoca de nuevo el deseo de conocer, construir y comprometerse, aunque éste haya quedado adormecido y mortificado durante años, a causa de la homologación que establece el poder, con la que a menudo somos conniventes. El camino para no soportar resignadamente la crisis, sino para afrontarla eficazmente, pasa por vivir la realidad como una provocación que despierta nuestro deseo y nuestra capacidad de dejarnos interrogar por todo. Empezando por el problema de la falta de trabajo de tantas personas y siguiendo por la desesperación en la que caen muchas familias ante un futuro incierto.

Ícaro - Matisse
Esta reactivación del crecimiento nace de ese instante imprevisible en el que un hombre genera algo nuevo –productos, servicios, valor añadido, belleza para sí mismo y para los demás– en su familia, en su comunidad, en su empresa, en su pueblo o ciudad. Una aportación de bien y de riqueza que ningún antecedente histórico, social y político puede explicar del todo. Todos reconocemos con facilidad esos momentos en los que la creatividad de un hombre arrastra a los demás y da lugar a algo nuevo. O cuando las circunstancias han agudizado nuestro ingenio y hemos dado un paso nuevo en nuestro trabajo. No es lo mismo cumplir bien con nuestro trabajo que afrontar bien la realidad. Muchos negocios han fracasado por no adaptarse a la nueva situación. Las circunstancias cambian y exigen de nosotros una creatividad que sólo se desarrolla si aceptamos el reto de una realidad que sabemos positiva.” Manifiesto Construir en tiempos de crisis