'Nuestros jóvenes ni saben más ni son más felices'


Cuando supimos que abría un colegio estadounidense en Madrid, elAquinas American School, que sigue el método de enseñanza clásica, artes liberales, trivium y quadrivium, y que el director general era Antonio Arcones (Madrid, 1968), no nos extrañó. Si hay un tipo adecuado para ese trabajo, es Arcones, aquel hombre que hace una década parecía un conservador no autoritario (rara avis) y que sorprendió a la derecha intelectual española con el sello editorial Ciudadela.
-La primera pregunta, claro, es si todavía sigue siendo aquel...
-Tengo menos ilusiones y esperanzas en España de las que tenía entonces... y ya entonces no eran muchas.
-Además de editor, ahora es director general del Aquinas. ¿Lo que va haciendo en la vida es lo que surge o tenía un plan? 
-El plan es hacer aquello que te gusta y que crees que puedes hacer bien. El qué sea eso en concreto es lo variable y circunstancial.
-Dorothy Sayers dijo a principios de los años 50 del siglo pasado que había una percepción general de que algo fallaba en el sistema educativo. Han pasado 60 años. ¿Sayers tenía razón…, la tendría ahora...? 
-Estrepitosa y crecientemente. Nuestros jóvenes ni saben más ni son mas felices. La educación es un camino de encuentro con la realidad de las cosas. Y a nuestros jóvenes la realidad no les interesa. Incluso hemos conseguido con nuestros sistemas industrializados y vacíos que no les interese nada.
-¿Qué ha llevado a la educación en España a este estado de desintegración y superficialidad? 
-Hay una razón cultural, signo de nuestros tiempos y es la de que no se sabe para qué se educa. No hay una propuesta coherente y atractiva que presentar a nuestros alumnos. Si es que alguien tiene alguna, el sistema intervenido y reglado hasta la saciedad por el poder político acaba con ella de un modo limpio y eficiente; dramáticamente pero sin sangre. Los profesores y la sociedad en general deberían tener más libertad para generar proyectos educativos, iniciativas diferentes... Tenemos un sistema que estabula a los alumnos como si fueran ganado.
-Usted escribió no hace mucho que el Estado era expansivo y nadie lo va a parar. Ante ese axioma, ¿no parecería una contradicción apostar por la educación privada en España?
-La crisis del Estado del bienestar es nuestra esperanza. Tal vez de mucho expandirse acabe reventando.
-¿Las aulas como instrumento de control político es una tentación demasiado fuerte, incluso para los que se dicen liberales, o hay esperanza?
-Curiosamente es un tema que apenas se debate. La educación obligatoria y controlada por el Estado es totalitarismo puro. Jacobinismo ilustrado que, por supuesto, se hace por nuestro bien. En Estados Unidos la escolarización obligatoria se implantó en Massachusetts en 1850. Fue tan violento que los soldados tenían que arrancar a los estudiantes de sus casas y llevarlos custodiados a las aulas.
-¿La solución a tantos males es la independencia educativa, o sea, el cheque escolar, o acaso sería mejor emigrar en masa y olvidarnos de España? 
-El cheque escolar, en el ámbito de lo concreto, sería un gran avance. En cuanto a emigrar, el problema es: ¿a dónde? Es una enfermedad común de Occidente, signo de nuestra decadencia. Quedan restos de lo que un día fue la libertad en Estados Unidos, y Obama tiene el firme propósito de acabar con ellos.
-¿Qué es la educación clásica y por qué lo clásico suena (mal) a borrador y tiza? 
-Es focalizar en que lo esencial es desarrollar tus capacidades al máximo para poder seguir aprendiendo por tu cuenta en el futuro. Eso se traduce en poder comprender, analizar, argumentar... El trivium (gramática, lógica y retórica) era esencial antes de adentrarse en el estudio de otras materias.
-¿Qué peligro corre un niño que siga la enseñanzas del trivium y el quadrivium? 
-No enseñaremos el quadrivium sistemáticamente, pero sí haremos todo lo posible por dominar el lenguaje de modo que le permita comprender más y mejor y pensar por sí mismo. Ese es el gran reto.
-Seguro que lo he entendido mal… ¿Aprender latín es más beneficioso para un niño que darle libertad creativa? 
-Con el latín se trabaja bien la lógica, la memoria y es una base estupenda para el estudio de otras lenguas. Además, hay que vincularlo con el conocimiento de lo que fue la cultura clásica, base de nuestra civilización. Todos los alumnos tendrán dos años de latín, y los que quieran, hasta seis años.

-¿Cómo puede la instrucción didáctica de las artes liberales ser mejor que ese Nuevo Orden Mundial educativo llamado ‘aprendizaje activo’? 
-Hay pocas cosas más activas que pensar sobre las cosas que uno aprende. Memorizar cosas sin entenderlas es profundamente absurdo. Hacer cosas sin saber por qué ni para qué también lo es.
-Le aseguro que hace poco leí que ante la hegemonía actual de la emoción sobre la razón, habría que proteger al niño y dejarle que se comporte como el noble salvaje que prefiere la armoniosa creatividad sobre el conocimiento educado.
-Si siguiera esos principios, ahora mismo le diría sincera y francamente lo que opino sobre ello. Gracias a la civilización y la educación, no lo haré.
-Después de aceptar como animal de compañía el mito de que los veinteañeros españoles son la generación más preparada…, ¿cómo de preparada dirán que está la siguiente generación? 
-Estará preparada para que la dominen y la exploten, intelectual, moral y económicamente. Acuérdese de la isla de Jauja en Pinocho. Ni trabajaban ni estudiaban, pero acababan desarrollando orejas de burro, perdían la capacidad de hablar, la racionalidad, y solo podían rebuznar. Es decir, listos para trabajar, callarse y pagar impuestos.
-¿Está de acuerdo con la teoría de Adler sobre Los Grandes Libros Que Deben Ser Leídos? Algunos pertenecemos a la generación que fue obligada a leer Tiempo de silencio y no nos hemos recuperado. Si fuera tan amable de decirme tres libros fundamentales…
-No puedo. Cada edad tiene cincuenta libros fundamentales. Nosotros nos comprometemos a que lean unos veinticinco o treinta de ellos cada año.
-Otra pregunta más personal… Si pudiera llamarse hoy por teléfono a sí mismo cuando tenía 18 años, ¿qué se diría? Es una llamada corta. Tiente treinta segundos. 
-Me sobran veinticinco: vete a estudiar a Estados Unidos, a una universidad con educación humanística clásica.
-¿Qué le promete a un padre que decida llevar a su hijo al colegio Aquinas?
-Que nos dejaremos la piel en que su hijo no deje de maravillarse ante el descubrimiento y el aprendizaje. Si un niño con cinco años lo pregunta todo y lo quiere saber todo...., ¿qué hacemos para que con trece sea un adolescente apático y escéptico al que no le interesa nada? Ese es el gran reto. Nosotros creemos que todos los hombres desean saber, por naturaleza. Porque está en nuestro corazón y en nuestra constitución más íntima. Lo dijo Aristóteles y nosotros lo hemos adoptado como lema: Omnes homines natura scire desiderant.
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/sociedad/“nuestros-jovenes-ni-saben-mas-ni-son-mas-felices”-20120523